jueves, 14 de mayo de 2015

Los noruegos también roban (y lloran, supongo)


¡Un robo! Ha sido un acontecimiento que ha cimbrado las pacíficas vidas de los vecinos de Årnes Brygge. Ha venido la policía y desde ese momento, más y más personas del vecindario han acudido para ver de qué se trata. Hasta los niños han bajado a ver el trabajo de los guardianes del orden, bueno, las guardianas, porque eran dos damas, quienes han actuado con profesionalismo tomando las huellas de los posibles perpetradores del delito. También han medido las huellas de las pisadas en la arena y tomado imágenes de los dos botes violentados a los que les fueron sustraídos sendos motores, así como del lugar de donde fueron removidos por los ladrones.
    En este momento el vehículo de la policía sigue ahí, pero desde mi punto de observación no veo hacia dónde se fue la gente.
     ¡Un momento! Acaba de llegar un vehículo al lugar de los hechos, con gran prisa se acercó hasta el segundo bote y ahora veo otra vez a la policía (los dos elementos). Infiero que el recién llegado es el dueño de ese segundo bote, por la premura de su llegada.


     Temprano, en la mañana de hoy, a eso de las 6:15 (klokka kvart over seks, como se dice en la lengua local), como de costumbre me asomé por la ventana para ver cómo pintaba el día y decidir qué ponerme. En ese momento me di cuenta de que la lancha no estaba. He aquí la lancha:


   Y entonces le grité a Erik: "Ya se robaron tu lanchaaaa!" "¿Qué?" Preguntó incrédulo. Ya ves, le dije: los noruegos también roban. Ya viendo con cuidado se dio cuenta de que no se la habían robado, sino que solamente le habían soltado las amarras y andaba a la deriva dentro del muelle. También yo la vi y me di cuenta de que faltaban otras dos lanchas, ésas sí más lujosillas; "ésas sí se las robaron", dije, pero Erik se fijó y vio que las habían arrastrado hasta una playita junto al muelle, pero que les habían quitado los motores. Una era de un vecino, y otra de un señor que hemos visto, pero no es vecino de por aquí. Eso sí, le daba muchos cuidados a su lancha y no se cansaba de verla... ¡Pobre! Bueno, no, porque tuvo para comprársela; digo que qué feo sentirá cuando lo sepa.

     Comentamos qué hacer mientras desayunábamos. Hoy es día festivo y nadie -excepto mi esposo, ja-ja, mucho gusto- trabaja. Finalmente decidimos que fuera a avisarles a los vecinos y que si no le abrían tomaría unas fotos y se las mandaría. Erik decía que mejor nada más hacer esto último, pero le dije que no, que les avisara. Y fue.
     El vecino estaba dormido, por supuesto. No eran ni las siete. Erik regresó y dijo que el vecino hablaría a la policía y tantán, Erik se fue a trabajar. Y Al rato llegó la policía y pasó lo que ya saben... si leyeron con calma, claro.
    Lo bueno de todo fue que como nuestra lancha tiene un motor modesto (ella misma lo es) y además ni sirve, no se lo llevaron... Tal vez hubiera sido mejor que se lo llevaran. Sí...
    Yo, por lo pronto, a encerrarme. Siempre estoy sola. Y cuando salga, cerrar todas las puertas. Erik decía que no pasaba nada, pero después de esto, quién sabe. Así es. Robare humanum est, o como se haya dicho: Substractum humanum est, Peinaratum humanum est. Bueno también las ratas: Rateratum humanum y rataris est.
    Fin

4 comentarios:

  1. Donde quiera se cuecen habas mana

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  2. mi comentario partio al infinito ¡vaya,

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  3. esto es un lio. habra que traer a la policia noruega ojo

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    1. Sí, la policía sí llegó. ¿Los resultados? Eso sí quién sabe.

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