viernes, 27 de febrero de 2015

Nueva etapa

Hola:
A partir de hoy escribiré no sólo de pan, sino también de las nuevas experiencias que iré teniendo en estas lejanas tierras (de allá, porque de acá están muy cerca -qué tontería). Pan hice el lunes. No me fue tan bien, porque no conozco bien el horno y se me quemó (el pan, no el horno). Mmmh, pero no quedó mal de sabor, a pesar de que no tuvo los ingredientes que acostumbraba adicionarle. No encontré semillas de girasol peladas, así que le puse de calabaza. Y como no había cereales cosidos, le puse muchas semillas, de más; pero aun así quedó de buen sabor. 
     Antier hice galletas. Dizque polvorones, pero como no conseguí manteca las hice con mantequilla. no quedaron tan buenas, pero tampoco tan mal. Las hice con el fin de que Erik las compartiera con sus compañeros de trabajo, pero ya no se lo dije porque... sí, el horno otra vez: se medio quemaron y ni modo de andar regalando galletas pasadas de tueste. Pero no quedaron con gusto a quemado y en realidad están bastante buenas. Eso con respecto a la panadería, que ahora se llamará "El Refugio del Dragón"  y ésta será su nuevo distintivo:


   
Por supuesto, es obra de Eloísa, no podía ser de otra manera. ¿A poco no quedó perfecto para estas tierras nórdicas (¿o medias?).
     Pasando a un tema que ocupará mucho de este blog (al menos en estos primeros tiempos), ocurre que cuando ha salido el sol, he dado un paseo. En esta semana hemos tenido dos días de sol pleno que invitan a disfrutarlo no obstante que el frío está calador, pero no es lo mismo pasear con sol y frío, que con lluvia, niebla y, de pilón, frío. Estas experiencias irán acompañadas de imágenes, para que sea más vívido el asunto.
    La caminata de hoy es casi idéntica a la que hice hace dos días. Para mí, que vengo de un país donde el frío sí cala, pero que no tiene nada que ver con éste, todo lo que atañe al clima y al tiempo que cada día tenemos me resulta sorprendente y dado que la mayoría de quienes probablemente visiten este blog comparten conmigo lo relativo al clima y al tiempo, espero vivan al unísono conmigo esta experiencia.
     Ayer hizo un día friísimo (para mí, pero también para el resto, casi no se vio a nadie caminando por ahí; bueno, sí vi a dos hombres a diferente hora paseando a sus perros; por cierto, los perros aquí están cautivos, es una vida triste para un perro, porque no pueden correr a sus anchas, sino sólo, máximo y si bien les va, a la velocidad de sus amos -y eso quién sabe-. No hay rabia en este país, pero a cambio los perros están presos en jaulas de oro.). El caso es que no me calentaba con nada (había bajado todos los termostatos de la casa para que no estuviera tan caliente, porque no me cuadra que la casa se sienta como una vaporera cuando llego de afuera), pero la temperatura bajó mucho, así que la casa se enfrió también; debido a ello subí dos grados los termostatos (a 20°) y tuve que prender la chimenea, porque no había manera de calentarme los pies, las manos y las asentaderas. Una vez que el fuego ardió plenamente, me calenté de inmediato y la casa quedó calientita. 

El fuego, a todo

Hoy, debido al sol la casa sigue a buena temperatura y sin necesidad de chimenea y he de confesar que no traigo calcetines: primero, porque se me mojaron durante la caminata y me los quité al llegar; y segundo, porque me dio flojera bajar a ponerme otros secos, pero como traigo pantuflas no he tenido necesidad de ir por ellos, además de que, en caso de que me dé frío, me puedo poner al sol y listo.
    Pero basta, aquí las fotos.
   Al salir, me impactó (otra vez, ya lo había visto a través de la ventana) el hielo que se formó en la noche, porque durante el día estuvo muy fuerte el viento y el movimiento del agua no dejaba que se congelara:





























Tomé las imágenes y empecé la marcha. Se sentía un poco de viento helado. Primero pensé que había sido poco el abrigo: dos playeras de manga larga, una pañoleta al cuello y mi abrigo (además de gorra y guantes), ropa interior larga y un pantalón de lana, forrado, calcetines de lana. Pero empecé la marcha y me dije que ya me calentaría. Así fue. El camino, donde no le daba el sol, estaba congelado. Pude caminar sin ningún problema gracias a unos aditamentos que se colocan sobre los zapatos (debajo, mejor dicho) con unos clavos romos que permiten caminar sobre el hielo sin resbalarse:

Es hielo, no nieve.Y cruje muy bonito al pisarlo

Aquí en la ladera la capa de hielo era aun más gruesa
 El circuito que hago va por la orilla del lago, llega a una reserva para aves y desemboca en la carretera. Ahí hay un camino paralelo para peatones o ciclistas; lo tomo en sentido opuesto, es decir, me regreso y vuelvo a encontrar el camino a Årnes Brygge, que es el "barrio" donde vivo.
Los "puntos" que se ven son patos (en su Reserva)

Más hielo


Una huerta de manzanos y cerezos





El circuito pasa por detrás de esta huerta y me imagino que cuando llegue la primavera, será todo un espectáculo visual y aromático, cuando los árboles estén llenos de flores.
     Ya casi para llegar a la casa, me topé con esta parvada. No sé si estén de luto, pero sí son cuervos. Había más, pero conforme me acercaba iban volando.

   
Y fin. Hasta la próxima salida. En la tarde salimos y fuimos un poco más arriba. Ahí sí había nieve; caminamos como una hora, cruzamos un lago congelado lleno, además, de nieve floja. Los días de sol invitan a salir, ni duda cabe. A ver si después les muestro las fotos de esa otra caminata.
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