jueves, 8 de octubre de 2015

Algo faltó del verano

En realidad faltó muchísimo, pero ni modo de agobiarlos. Otra actividad que hicimos fue salir en bicicleta, ir al pueblo más cercano, pasar a la panadería no bien abrieran y tomarnos un café con pan. Disfrutamos también esos paseos. 
    
     Otro fin de semana fuimos a la casa de un amigo de Erik, que también es su jefe. El caso es que fuimos y aunque no hubo mucho solecito que digamos, fue muy agradable. Aquí unas imágenes del lugar, aunque se vean chiquitas, denle clic a cualquiera y ya las pueden ver en grande:

No sé cómo se llaman esos arbustos, pero a poco no son bonitos

Un laguito cercano

La caballeriza
El refugio de Gun, bajo las rocas


La casa está junto a una mole de granito
La pasamos bien, sin duda. 
     
Otra de nuestras actividades fue la vela. Nuestro velero es chiquito y realmente no tuvimos ningún día de viento (una vez armado el velero, quiero decir, porque viento sobra, lo que pasa es que estuvo guardado) que nos permitiera ir muy rápido, salvo por ratitos, pero estuvo bien para mí, porque apenas ando aprendiendo. Al principio me daba miedo, pero ya ahora me subo y me bajo con facilidad y ya sé un poco de las maniobras: puedo montar la vela del foque con facilidad, y la botavara sólo con ayuda. ¿Arroooooooz? Se disfruta el lago aunque el viento sea suave.




Aquí el capitán muy pro

Ya caía la noche

Gracias a la luna pudimos atracar

Finalmente, he de contarles que hacia el final del verano hay toda clase de bayas, que en noruego se llaman bær (lo que equivale a baya en español y a berry, en inglés). Una de ésas son las blåbær, es decir, las bayas azules. Cuando regresamos de vacaciones, en la escuela nos llevaron de excursión a recolectarlas. Después se acostumbra hacer mermelada y pasteles y lo que sea para aprovecharlas. Aquí por la casa se dan las frambuesas y comimos muchas y también cosechamos e hicimos nuestra mermelada. Hacer mermeladas, pues, es otra actividad veraniega. Tenemos mermelada de ruibarbo (que me encontré un día que salí a andar en bici), de las bayas azules, de frambuesa y de ciruela (en la zona hay muchas huertas de ciruela, cerezas, manzanas y peras); de cereza no, porque mejor nos las comimos todas :-)



Listo para comerse.

Se antoja, ¿no?

Mmmmm






































     Todo esto no quiere decir que no eche de menos mi terruño México, ni mi terruño adoptivo, Xalapa. Me gustaría compartir todo esto con ustedes, hijos, hermanos, amigos, que estuvieran aquí. Sé que no es fácil el viajecito, pero vale la pena. Anímense. Hagan sus ahorros y procuren venir cuando no sea temporada vacacional para que les salga más baras. No se arrepentirán. Del invierno todavía no hablo. Los extraño a todos y cómo me gustaría salir con ustedes a andar en bici, a recoger bayas, a nadar, a caminar por las montañas o simplemente alrededor del lago, cocinar, que mi Fiera o mis Tines me recibieran al llegar... Un día ¡vengan...!

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